lunes, 23 de agosto de 2010

LOS NUDOS DEL TAPIZ



Una obra literaria, como cualquier tapiz colgado en las paredes de un museo, puede mirarse de dos maneras distintas: por el lado de la trama de hilos o del dibujo que forman. A la mayoría de los visitantes/ lectores, por supuesto, sólo les interesará el lado visible, el del dibujo donde resplandece la belleza. Sin embargo, al artista/escritor le interesará mucho más el envés, el lado que no se ve expuesto y a la vez sostiene los hilos que conforman la obra.

Los nudos del tapiz no son sólo técnicas o artificios heredados de una tradición, sino que están hechos también con el sudor y la sangre del artista. Por ejemplo, en la poesía de Miguel Hernánzdez los nudos del tapiz son tan gruesos y visibles, que llegan incluso a borrar el dibujo que crean. Góngora podía componer los más bellos dibujos amorosos del Barroco, pero nos dejan fríos...¿por qué?

El misterio de la obra literaria radica más en el envés, en el trenzado de esos nudos, que en la forma del dibujo. Nudos que abren heridas y cortes en los dedos, que no deben realizarse de una manera mercantil o mecánica, sino como un artesano que cuida con esmero cada hilo que anuda entre sus manos.

lunes, 16 de agosto de 2010

LA ISLA DE HIELO


A veces la página de un blog se parece mucho a una isla de hielo, que se mueve bajo la mirada de nadie, por un mar invisible. Las olas oscuras se encrespan a sus costados, le lamen con su sal corrosiva, mientras que la luna le anuncia su muerte, cubriéndolo con su luz mate y amarillenta de naipe. Pero el iceberg sigue avanzando con lentitud, derritiéndose a cada paso, a cada impulso, como las palabras que un tartamudo no termina nunca de pronunciar en los labios.

A veces la escritura se tiñe de cansancio y de desánimo, de hielo malsano. A veces escribir nos sumerge en nuestro vacío, como una manos ansiosas que no encuentran nada en los bolsillos.

El escritor comienza donde terminan sus libros. La escritura siempre es la palabra siguiente, la que no está dicha, la que nos amenaza con su fracaso, con no conseguir nunca su forma definitiva.

A veces escribir se parece mucho al final del verano, cuando las playas se quedan desiertas y el viento en remolinos nos recuerda el frío como un negro heraldo.

En la noche marítima, la isla de hielo continua avanzando por el mar invisible. Sabe que su dicha es entregarse, dejar de ser hielo blanco, para acabar formando parte del oscuro mar que, con su áspera lengua, le lame y le derrite.

lunes, 9 de agosto de 2010

LECTURAS DE VERANO

Por sorpresa, he descubierto en Internet varias listas con recomendaciones de lectura para el verano en las que se incluyen algunos libros míos - La herida del oso pardo (Palabra, 2010) y Días de lobos (Bruño, 2010)-, publicadas durante la primavera pasada.
Recomendar un libro es una cuestión delicada. Supone descartar unos por razones más o menos objetivas o caprichosas, y apostar por otros. No se trata de hacer justicia, sino de mostrar unos gustos.
Estas listas de verano, como las que preparan los profesores para sus alumnos, son importantes para animar a la lectura a los chicos y chicas. Creo en ellas mucho más que en los planes fastuosos de los ayuntamientos, diseñados por concejales de cultura que no cogen un libro ni en pintura.
Estas listas de libros, realizadas muchas veces por bibliotecarios anónimos,suelen ser discretas, amplias, variadas, hechas con mimo. Os dejo el enlace de algunas de ellas:

www.bibliotecaspublicas.es/alicante/publicaciones/verano10_juvenil.pdf

www.issuu.com/.../guia_de_lectura_verano_2010_ies_vega_del_guadalete

www.fomento.edu/imgeditor/infantil%20y%20juvenil_verano10.pdf

miércoles, 4 de agosto de 2010

EN FRANCÉS


No es fácil que una editorial se interese por el manuscrito de un autor, sobre todo si su nombre no es muy conocido; pero mucho más difícil todavía es dar el salto, es decir, que una editorial extranjera te lea con detenimiento, te traduzca con cuidado y te incluya en sus colecciones.
Dos de las biografías noveladas por mi amigo Julio César Romano, acaban de ser publicadas en francés, en Édicions de l´Emmanuel.
Me alegro mucho por Julio César, porque su trabajo nocturno y silencioso de tantos días se lo merece.
Además, la edición de las novelas está muy cuidada, signo de que la editorial valora y respeta el trabajo del escritor. Todos sabemos que eso no ocurre siempre.

¡Enhorabuena, Julio¡
Estoy seguro de que no será la única lengua en que se traduzcan tus libros.